Fuente de la imagen: Reglamento (CE) 66/2010 |
Al cumplir con los criterios establecidos para obtener la etiqueta, las empresas pueden diferenciarse en el mercado, atraer a consumidores conscientes del medio ambiente y, en última instancia, contribuir a un futuro más sostenible. El reglamento también establece mecanismos de control y vigilancia para garantizar que los productos que llevan la etiqueta ecológica cumplan con los criterios y requisitos de evaluación. Los organismos competentes están encargados de realizar verificaciones periódicas y controles aleatorios, asegurando que la etiqueta no se utilice de manera engañosa. Esto es fundamental para mantener la credibilidad del sistema y proteger a los consumidores de la publicidad falsa o engañosa. Por todo lo anterior, esta normativa representa un avance significativo en la promoción de la sostenibilidad en la Unión Europea. Al establecer un sistema de etiqueta ecológica que fomenta la producción y el consumo responsables, la UE no solo está protegiendo el medio ambiente, sino que también está empoderando a los consumidores para que tomen decisiones informadas. A medida que el mundo enfrenta desafíos ambientales cada vez mayores, iniciativas como esta son esenciales para construir un futuro más sostenible y responsable. Fuente de la información y de la imagen: Reglamento 66/2010.
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[1] Reglamento (CE) nº 66/2010 del Parlamento europeo y del Consejo de 25 de noviembre de 2009 relativo a la etiqueta ecológica de la UE. Publicado en: «DOUE» núm. 27, de 30 de enero de 2010.
[2] Reglamento (CE) No 1980/2000.