Fuente de la imagen: pág. 201 BOJA 152 del 04/08/2011 |
Esta normativa se marca como objetivos principales la regulación de la calidad del aire, estableciendo normas y límites para las emisiones de contaminantes atmosféricos, garantizando que se cumplan los estándares de calidad del aire establecidos por la normativa europea. Igualmente, la creación de un registro de evaluación, que facilite la inscripción de sistemas de evaluación de la calidad del aire, tanto públicos como privados, para integrar sus datos en una red de vigilancia y control. No podía faltar la promoción de la colaboración administrativa, fomentando la cooperación entre diferentes administraciones públicas para la recopilación de información y la implementación de políticas efectivas en materia de calidad del aire. El decreto incluye disposiciones específicas sobre los límites de emisión de diversos contaminantes, tales como partículas sólidas, dióxido de azufre (SO2), óxidos de nitrógeno (NOx), monóxido de carbono (CO), flúor y cloro, entre otros. Estos límites son fundamentales para garantizar que las actividades industriales y otras fuentes de contaminación operen dentro de parámetros seguros para la salud pública y el medio ambiente[2]. La normativa representa un avance significativo en la lucha contra la contaminación atmosférica en Andalucía[3].
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[1] Decreto 239/2011, de 12 de julio, por el que se regula la calidad del medio ambiente atmosférico y se crea el Registro de Sistemas de Evaluación de la Calidad del Aire en Andalucía. BOJA número 152 del 04/08/2011.
[2] . Se establece un plazo para que las entidades responsables de los sistemas de evaluación existentes se inscriban en el registro, asegurando así que todos los sistemas de medición de la calidad del aire estén debidamente documentados y regulados.
[3] Al establecer un marco regulatorio claro y un sistema de evaluación robusto, se busca no solo proteger la salud de los ciudadanos, sino también contribuir a la sostenibilidad del medio ambiente. La implementación efectiva de estas medidas requerirá la colaboración de todas las partes interesadas, desde las administraciones públicas hasta la ciudadanía, para garantizar un aire más limpio y saludable para las generaciones presentes y futuras.