Objetivo de la Planificación Económica

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Establecen los Padres de la CE que el Estado, mediante ley, puede planificar la actividad económica general para atender a las necesidades colectivas, equilibrar y armonizar el desarrollo regional y sectorial y estimular el crecimiento de la renta y de la riqueza y su más justa distribución, competiéndole al Poder Ejecutivo la elaboración de los proyectos de planificación, de acuerdo con las previsiones que le sean suministradas por las Comunidades Autónomas y el asesoramiento y colaboración de los sindicatos y otras organizaciones profesionales, empresariales y económicas[1]. La planificación económica se articula a través de la participación de diversos agentes sociales y económicos, ya sean organizaciones sindicales o empresariales, asociaciones de consumidores …

Pero su eficacia depende de la capacidad de la AP de llevar a buen término y retroalimentar continuamente esa planificación. En línea con el mandato de los Padres de la CE, la LOEPSF)[2] establece que las políticas de gasto público se encuadran en un marco de planificación[3], atendiendo a la situación económica, a los objetivos de política económica y al cumplimiento de los principios de estabilidad presupuestaria y sostenibilidad financiera[4]. Lo que no cabe duda es que la planificación económica es un instrumento primordial para la AP en el ejercicio de sus competencias relacionadas con la economía ya que se establecen objetivos estratégicos y se concretan o delimitan líneas de acción con la finalidad de lograr un desarrollo económico justo y sostenible. Fuente de la imagen: mvc archivo propio.

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[1] Art. 131 CE.

[2] Ley Orgánica 2/2012, de 27 de abril, de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera (LOEPSF). Publicado en: «BOE» núm. 103, de 30/04/2012.

[3] Plurianual y de programación y presupuestación.

[4] Art. 7 LOEPSF.